No Soy Suficiente

Por un breve momento, consideré encontrar una de mis publicaciones de blog más populares de los últimos años, desempolvarla y enviarla para que se vuelva a publicar. Entonces me di cuenta de que estaría mintiendo.

La verdad es que me encuentro como el niño de Juan 6: no tengo suficiente. No tengo suficiente sabiduría o palabras para arreglar la situación, sanar el quebrantamiento, responder a las interminables preguntas o convencer a los que no están convencidos. No tengo la creatividad suficiente para sorprender a los espectadores de la transmisión en vivo ni a los asistentes habituales. No tengo la habilidad suficiente para unir a los lados opuestos en los debates políticos que están destrozando a mi comunidad, o las divisiones teológicas que rechazan a las generaciones más jóvenes. No tengo los recursos físicos para satisfacer las necesidades desesperadas de las familias vulnerables de mi vecindario.

Estoy parado aquí sosteniendo cinco panes de cebada de experiencia y dos pequeños peces de sabiduría espiritual. Y no es suficiente. Nunca lo fue, pero algunos de nosotros aprendemos lentamente.

No quería escribir esto, porque se supone que debo ser suficiente. No es que los pastores sean superhéroes, pero se supone que debo tener las respuestas, la sabiduría, la habilidad, las redes y el pozo profundo de los recursos espirituales.

La razón por la que escribo esto es porque puede haber alguien más que esté luchando con el mismo desafío. Tal vez esté leyendo esto y COVID-19 ha eliminado los últimos vestigios de competencia. Tal vez su predicación, enseñanza, discipulado o liderazgo no haya producido los resultados que deseaba o necesitaba. Tal vez has estado buscando en la despensa del pastor y todo lo que pudiste conseguir fueron esos cinco panes y los dos peces pequeños. Y sabes que no es suficiente.

La respuesta correcta es: “Dios es suficiente”. O, “en nuestra debilidad, Él es fuerte”.

Lo que estoy aprendiendo es que esas verdades son más fáciles de predicar a otros que a mí mismo.

Las inquietantes y humillantes palabras de “You Say” de Lauren Daigle han resonado en mi mente, orientando mi alma hacia casa.

Sigo luchando contra las voces en mi mente que dicen que no soy suficiente

Cada mentira que me dice que nunca estaré a la altura

¿Soy más que la suma de todos los altibajos?

Recuérdame una vez más quién soy, porque necesito saber

Dices que soy amado cuando no puedo sentir nada

Dices que soy fuerte cuando creo que soy débil

Y dices que estoy retenido cuando me estoy quedando corto

Y cuando no pertenezco, oh, dices que soy tuyo

Y yo creo, oh, yo creo, lo que dices de mi

Lo único que importa ahora es todo lo que piensas de mi

En ti encuentro mi valor, en ti encuentro mi identidad

Mi oración es que cuando usted y yo descubramos que no somos suficientes, no estemos tentados a tirar la toalla. Mi oración es que podamos apoyarnos en esa insuficiencia y ofrecer firmemente nuestros cinco panes y dos peses. Mi oración es que el mismo Jesús que alimentó a miles con un escaso almuerzo continúe supliendo lo que nuestro mundo necesita a través de tu sacrificio y el mío.

Porque yo creo.

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